«El zika será a partir de ahora como el dengue, que periódicamente produce brotes en los países endémicos», afirmó David Heymann, presidente del Comité de Emergencias de la OMS, el 18 de noviembre de 2016. Luego de la quinta reunión del año para evaluar la situación mundial de la enfermedad, los especialistas declararon que la infección ya no es una emergencia de salud pública de importancia internacional, aunque, como aclara Heymann, «siga siendo una emergencia» para algunos países, entre ellos, el Brasil.
En mayo de 2015, las autoridades brasileñas confirmaron la circulación local del virus y miles de afectados. La enfermedad, originaria de África, había llegado a las Américas. Al año, ya eran 39 los países y territorios del continente con casos autóctonos de la infección. En simultáneo, hubo una gran cantidad de reportes de microcefalia congénita (cráneo de tamaño menor del normal en los recién nacidos) y de síndrome de Guillain-Barré (una alteración neurológica autoinmune que produce debilidad de los miembros, parálisis y, a veces, la muerte). Y estos se asociaban geográfica y temporalmente con el zika. Por eso, en febrero de 2016, la OMS declaró la emergencia internacional; y el comité sostuvo la decisión durante varios meses «debido a la continua expansión geográfica del virus y a las considerables lagunas en los conocimientos sobre este y sus consecuencias». De acuerdo con Heymann, la declaración no tuvo por objetivo «detener la expansión de la infección, como en el caso del ébola, sino hacer todo lo posible para entender los casos de microcefalia».
Las investigaciones ratificaron las sospechas y permitieron conocer mejor el vínculo de la infección con ese trastorno y con otras alteraciones congénitas cuando la madre se infecta durante el embarazo –ahora se habla de «síndrome de zika congénito»–, y con el síndrome de Guillain-Barré. Además, determinaron que el virus del Zika no solo es transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo vector del dengue y de la fiebre chikunguña, sino también, y a diferencia de las otras enfermedades, por vía sexual.
Así, a nivel global, el zika no deja de ser una prioridad para la OMS y un importante problema sanitario a largo plazo. De acuerdo con la Actualización Epidemiológica Regional de la OPS del 17 de noviembre de 2016, hasta esa fecha el número de países o territorios americanos con transmisión vectorial del virus era de 48; y 5 habían notificado casos por transmisión sexual. La misma fuente informó 2.311 casos confirmados de síndrome congénito en el continente.
«En los EE.UU., las autoridades sanitarias señalan que, si el virus continúa diseminándose por ese país, podría tratarse de la primera y más seria epidemia de defectos congénitos desde la de rubéola de 1953, que ocasionó la muerte de 21.000 niños y dejó a otros 20.000 con secuelas importantes, como sordera, cardiopatías y daños oculares», comenta Lilián Testón, coordinadora del Departamento de Epidemiología de STAMBOULIAN. Y agrega que, en ese país, luego de una evaluación continua de cerca de cuatrocientas embarazadas, estimaron en 10 millones de dólares los cuidados que necesitarán de por vida los hijos de esas mujeres.
Córdoba notificó el primer caso de transmisión local de virus del Zika en febrero de 2016. La mujer afectada había tenido contacto sexual con su pareja, quien había estado de viaje en Colombia. Entre cinco y diez semanas después, se produjo en la provincia de Tucumán el primer brote de transmisión por mosquito registrado en el país, con 25 casos confirmados. Según el Boletín Integrado de Vigilancia publicado por el Ministerio de Salud de la Nación el 17 de noviembre, hasta esa fecha no se registraron nuevos casos autóctonos de la enfermedad en el territorio argentino, aunque sí casos importados: 10 confirmados y 3 probables.
La misma publicación informa que, el 3 de noviembre de 2016, se notificó «el primer caso confirmado de síndrome congénito asociado a la infección por el virus del Zika en Argentina». La madre había contraído la enfermedad durante el brote en Tucumán, y el niño falleció a los 10 días del nacimiento. Pero otros cinco bebés nacidos hasta entonces de madres infectadas no presentaron alteraciones. Durante el período evaluado, tampoco se confirmaron abortos, ni muerte fetal, ni casos de síndrome de Guillain-Barré asociados a la infección por virus del Zika.
Los datos anteriores se suman a 41.207 casos autóctonos, confirmados o probables, de dengue -superan a los de la epidemia de 2009- en 15 jurisdicciones del país y a un total de 338 casos de fiebre chikunguña reportados en Salta o Jujuy, todos durante el período epidémico –de principios de año al 26 de julio–. Desde esa fecha hasta mediados de noviembre, no hubo registros de circulación activa (brotes en curso) de ninguno de estos virus. Sin embargo, se identificaron algunos casos autóctonos e importados de dengue en Misiones, Chaco, CABA, Salta, Corrientes y Buenos Aires, y un probable caso importado de fiebre chikunguña en esta última provincia.
La aparición de casos en estas áreas del país es esperable, ya que, como explica Testón, las zonas endémicas son las del norte, sobre todo, Misiones, Formosa y Chaco, por estar cerca del Paraguay y del Brasil. «Desde mediados de la década del noventa, también se ha registrado la circulación del Aedes aegypti en el área metropolitana de Buenos Aires”, añade la especialista. Hasta ahora, las únicas provincias argentinas sin registros del mosquito son las patagónicas, excepto La Pampa.
Preferentemente, este insecto deposita los huevos en agua limpia, dentro de contenedores artificiales, como floreros, baldes o bidones. En general, se encuentra dentro de los hogares –sobre todo, en zonas urbanas y semiurbanas–, aunque llega a volar entre 100 y 400 metros de su lugar de origen. Las condiciones climáticas son otro factor que puede influir en la propagación del Aedes. «Las lluvias multiplican los espacios donde se reproducen los mosquitos y lavan los productos con los que se fumiga», explica Pablo Elmassian, médico infectólogo de STAMBOULIAN. Aun así, advierte que se han registrado brotes en zonas de sequía, «ya que la necesidad de acumular agua proporciona condiciones favorables para que prolifere el insecto vector». Lo más habitual es que pique durante las primeras horas del amanecer y las últimas del atardecer.
La principal estrategia para hacerles frente a los mosquitos consiste, entonces, en controlar su actividad y prevenir las picaduras. La recomendación básica es evitar los criaderos en las viviendas y en sus zonas aledañas. Para esto, se deben tapar los depósitos de agua y eliminar los envases que puedan acumularla. Además, es fundamental que las personas que viven o viajan a regiones con circulación activa del mosquito adopten las siguientes precauciones:
Por el riesgo que implica la exposición al virus del Zika durante el embarazo y porque se transmite por vía sexual, además de las medidas de protección contra el mosquito, existen precauciones adicionales que las mujeres en edad reproductiva y sus parejas deben conversar con el médico.
El zika, el dengue y la fiebre chikunguña producen algunos síntomas comunes: fiebre, dolor de cabeza y dolor articular. “En la infección por el virus del Zika, la fiebre puede no ser muy elevada. Los signos más importantes son sarpullido con picazón en todo el cuerpo y conjuntivitis no purulenta”, agrega Testón. La infectóloga destaca que solo uno de cada cuatro o cinco infectados presenta manifestaciones clínicas.
En cambio, el dengue provoca fiebre alta. Otros síntomas característicos son dolor detrás de los ojos, náuseas y vómitos. “La mayoría de los casos son leves, pero deben ser controlados”, enfatiza Testón. Cada 48 horas, al menos, se debe hacer un hemograma para detectar de forma temprana quién puede desarrollar una fase más severa o dengue grave, antes llamado «dengue hemorrágico».
Además de fiebre alta y cefaleas, la fiebre chikunguña produce fuertes dolores en las articulaciones y lleva a los enfermos a adoptar una postura encorvada. “Son artralgias que le impiden al paciente hacer actividades cotidianas tan simples como vestirse”, explica Testón. Es más frecuente que afecte a los tobillos, a las muñecas y a las articulaciones pequeñas de la mano, aunque también puede involucrar las rodillas, los hombros y la columna vertebral. Por lo general, la aflicción e incapacidad ceden por completo en de una a tres semanas, pero hasta 3 de 10 pacientes pueden tener secuelas a largo plazo. También puede haber manifestaciones atípicas, entre ellas, encefalitis, miocarditis o inflamación de la membrana que recubre los pulmones.
Los recién nacidos; los niños; los adultos mayores; las embarazadas; las personas con enfermedades crónicas, como diabetes o insuficiencia renal, y quienes tienen condiciones que reducen las defensas o hacen tratamientos inmunosupresores son los individuos más vulnerables a las tres infecciones. «Ninguna de estas enfermedades tiene un tratamiento antiviral específico», señala Elmassian. Previa consulta médica, se indican medidas generales para aliviar los síntomas: reposo, hidratación y paracetamol. «Pero no aspirina, ni ibuprofeno, ni otros antiinflamatorios», advierte el especialista.
En 2015 se introdujo en el mercado la primera vacuna contra el dengue, que fue resultado de unas dos décadas de investigación. México fue el primer país en aprobar su uso para personas de 9 a 45 años. Ahora también se comercializa en Filipinas, Brasil, El Salvador, Costa Rica, Paraguay, Guatemala, Perú, Indonesia, Tailandia, Singapur Bolivia y Camboya. Por el momento, no ha sido aprobada por los organismos regulatorios nacionales ni está disponible en la Argentina.
“La vacunación nos brinda una herramienta adicional en la lucha contra el dengue”, subraya Pablo Elmassian, médico infectólogo de STAMBOULIAN. Y agrega: “Para las formas clásicas de dengue, tiene una eficacia del 60%. Pero para las formas graves, que requieren internación y pueden poner en riesgo la vida de los pacientes, la eficacia aumenta al 80%. A las personas que tuvieron dengue previamente, la vacuna les brinda una protección aún mayor”.
La vacuna se administra en tres dosis durante un año y protege contra los cuatro tipos del virus que tienen importancia médica (todos ellos circulan en las Américas y, en algunas regiones, simultáneamente). En abril de 2016, un grupo asesor de la OMS recomendó que los países con circulación endémica del virus consideren incluirla en los planes oficiales de inmunización.
Permanecer sentado en un avión, auto u ómnibus durante largos períodos aumenta el riesgo de coágulos en las venas profundas. Siempre es conveniente la consulta médica a tiempo para evaluar al viajero y su travesía. “Yo no viajo para ir […]
¿Puede un país prescindir de 7.000 millones de dólares? Un estudio reciente estimó que, en 2015, 14 infecciones le causaron a los EE. UU. Esa enorme pérdida económica. Cada año, las vacunas salvan millones de vidas en el mundo. Sin embargo, […]
Especialistas en nutrición advierten que los chicos de Buenos Aires no comen ni la cantidad ni la diversidad de frutas y hortalizas que necesitan para crecer sanos. ¿Qué, cómo y cuánto servirles? Aquí, la respuesta. En la ciudad de Buenos […]
Desde los alimentos y el ejercicio hasta la risa y los buenos vínculos, existen distintas estrategias que nos ayudan a manejar el estrés y le aportan calidad a nuestra existencia. En ocasiones, sentimos que queremos vivir mejor. Puede ser por […]