En estas ocasiones es cuando se convierte en el principal factor de desarrollo de neoplasia intraepitelial cervical en mujeres, la cual es considerada una lesión precursora de cáncer cervical, existiendo una asociación de más del 99% entre el HPV y el cáncer de cuello de útero.
En hombres también puede producir lesiones cancerígenas en pene, ano pero es menos frecuente.
Tanto en hombres como en mujeres puede producir infecciones orales y faríngeas.
Se han caracterizado más de 120 tipos de HPV, de los cuales 14 se consideran de alto riesgo (AR) para el desarrollo de cáncer cervical y sus lesiones precursoras (tipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68); según lo descrito, y en función de diversos estudios de seguimiento clínico realizados, las guías para la prevención del cáncer de cuello de útero recomiendan la detección y genotipificación de los HPV.
Mundialmente, el primer y segundo lugar entre los genotipos más frecuentes en cáncer lo ocupan los HPV 16 y HPV 18 respectivamente, alcanzando juntos alrededor del 70% de la etiología de las neoplasias. Considerando que el riesgo de contraer un CIN III en los próximos 10 años en las mujeres con Papanicolaou (PAP) negativo depende del genotipo de HPV (17,7% para HPV 16, 13,6 % para HPV 18,3% para HPV AR y 0,3% para HPV negativo), resulta fundamental la genotipificación viral en tamizajes realizados en cuello de útero para estratificar a las pacientes de acuerdo al riesgo de patología cervical.
En el hombre la relación con cáncer es mucho menor, pero si es importante su transmisión a la mujer.
Existen estudios moleculares que permiten saber si estamos infectados por HPV y también conocer por cual genotipo viral.
Su detección permite mejorar en tiempo y forma los controles ginecológicos con PAP y colposcopía para evaluar si la infección esta produciendo lesiones que pueden progresar a cáncer cervical.
Existen dos metodologías moleculares que permiten esta detección. La primera y más conocida es la captura hibrida (amplificación de señal) que permite la detección de grupos de HPV de alto riesgo o bajo riesgo, sin diferenciar entre ellos. Posteriormente se desarrollaron técnicas de amplificación del target que permiten además, en conjunto con la secuenciación, conocer cuál es el genotipo específico que está infectando al paciente. Estas metodologías son más sensibles y permiten un seguimiento más adecuado para evaluar reinfección. También son adecuadas para el monitoreo de otras patologías relacionadas a HPV (condilomas/biopsias/cáncer de cuello y cabeza), que no pueden ser estudiadas con la captura híbrida.
La detección precoz de lesiones y el conocimiento del virus por el cual estamos infectados, pueden adecuar las conductas médicas de tratamiento y prevención para evitar el cáncer cervical.
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Molecular Methods for Detection of Beta-and Gamma-Papillomaviruses: A Review. Murahwa et al., J Infect Dis Ther 2016, 4:4.
Human Papillomavirus Laboratory Testing: the Changing Paradigm. Clinical Microbiology Reviews. April 2016 Volume 29 Number 2.