Es una enfermedad viral muy contagiosa. Se caracteriza por provocar una erupción generalizada con vesículas que suelen producir intensa picazón. Si bien se considera benigna y muy común en la infancia, puede ocasionar complicaciones serias.
El virus de la varicela se transmite entre personas a través de las secreciones respiratorias que los pacientes infectados expulsan al toser, hablar o estornudar; o por contacto con el líquido de las vesículas cutáneas. El contagio puede producirse a partir de las 48 horas previas a la erupción. También la madre infectada puede transmitirlo durante el embarazo a su hijo en gestación.
Comienzan entre los 14 y 16 días después del contacto con una persona infectada.
Los niños presentan una erupción cutánea que produce una picazón intensa, además de fiebre, dolor de cabeza y malestar general.
La varicela puede ocasionar complicaciones graves como sobreinfección bacteriana, neumonía, trastornos neurológicos, renales y articulares serios. La vacunación resulta la estrategia más adecuada para prevenir la varicela y sus complicaciones.
Además, la vacuna puede utilizarse como tratamiento postexposición dentro de los 3 días posteriores al contacto.
Es importante que las mujeres en edad fértil sin evidencia de inmunidad se vacunen antes de quedar embarazadas, con el fin de evitar la infección durante el embarazo y las posibles complicaciones para el bebé.